Visor, 2008
VI Premio Internacional de Poesía Emilio Alarcos
En los poemas vitaminados de este libro iniciático se muestra una voz prometedora, la irrupción de un poeta de lo cotidiano, capaz de serenar el verbo y escribir siempre en un tono en el que importa más el fondo (todo el mensaje) que la puñalada o herida del momento. Mucha fiebre y pulso mantenido. Mucha verdad y, claro, mucha buena poesía.
Muestra de poemas
Debería exprimir naranjas cada vez que te levantas.
Debería gritar tu nombre a cada paso,
amarrarme a tu espalda cuando inicias el vuelo,
ceñir mis pestañeos al temblor de tus párpados;
debería vivir con tus uñas colgando de mis dedos,
con tus ojos guardados cada uno en un bolsillo,
con tu lengua en mi boca, tus pies en mis zapatos,
tu corazón temblando en mitad de mi pecho.
Debería amoldar a tus sueños mi almohada,
celebrar tus descensos como si fueran fiestas,
trazar con una luz en la pared las letras de tu nombre.
Debería dar gracias a dios por cada leve
acuerdo de tu tacto; debería
desgarrar el pan duro, amasar tus dilemas,
resolver ser feliz cada vez que regresas a la casa.
Con sólo verte cerca, debería abdicar de la tristeza.
Y, en vez de eso, me da, como bien sabes,
por corregirte el vuelo o romperte las alas.
Debería dejar que me dejaras solo y que volaras
con alguien que exprimiera, a los pies de tu cama,
naranjas cada vez que te levantas.
Corres, te ofreces, sales
al paso de mis necios
desvelos, templas, mandas
balones fuera, avanzas
siempre atenta al rechace;
te cruzas, pasas, luchas,
esprintas, fintas, cazas
al vuelo mis patrañas
y llegas al final, tan descansada,
con los pulmones llenos de mi aire.
Te alineas en mi vida cada día
–qué decir de las noches–
con ese poderío inescrutable
de ser toda una estrella.
Pero si fueras torpe, lenta, mala
serías de igual modo indiscutible,
pues no tengo reservas
para suplir el juego que repartes.
A pesar del silencio,
yo sé bien que mi nombre
se desboca en tu boca, habita
en mitad de tu boca, como
una bala de plomo en un revólver.
Se dice así de fácil:
acaba de morir, se dice,
y las palabras trepan por el hilo
verdugo del teléfono;
se dice así: papá
ha muerto,
acaba de morir,
se dice cáncer, lejos,
sobre las tres, muy flaco,
y no suena distinto a si dijeras todo
va bien, en la mañana
nos llevará al Adriático;
se dice un hombre bueno,
se dice así: mi padre;
se dice abrí los ojos y ya no se movía,
el hospital está muy frío,
avisa a Alfonso Carlos, a Mari Tere, a todos
sus amigos, el hígado, se dice,
sesenta y cinco, cáncer, aquí mismo en
Pescara;
volvemos en el coche, Mónica y yo en el coche,
imaginando a Marta por los aires
con el rastro amarillo de mi padre en los párpados;
se dice de repente,
se dice cáncer, frío,
se dice aquí en Italia,
se dice así: papá
ha muerto;
acaba de morir, se dice, es fácil.
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Naranjas cada vez que te levantasDibujo original de la imagen de portada (autor: José Radio)
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Naranjas cada vez que te levantasDesayuno con naranjas
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Naranjas cada vez que te levantasVitamina C a precio de saldo
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Naranjas cada vez que te levantasIlustración de Nanu González sobre una página del libro
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Naranjas cada vez que te levantasGeraldine Chaplin sabe bien lo que tiene entre manos
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Naranjas cada vez que te levantasMedia naranja antes de ser recogida
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Naranjas cada vez que te levantasIlustración de Nanu González sobre el poema "Media Naranja"